Hay poca predisposición desde la Facultad a aplicar las flexibilidades existentes para ESTUDIANTES QUE TRABAJAN y exigen trabajo en blanco desconociendo que en Mendoza el 43,6% de la población tiene trabajos no registrados.
Hace 4 años se cumplían 100 años de la Reforma Universitaria, aquella que venía a cambiar lo que era hasta ese momento una universidad para unos pocos, convirtiéndola en una Universidad también para los obreros y sus hijxs.
Hoy, a través de diferentes decisiones que toma la gestión de la Facultad Regional Mendoza, pareciera un volantazo de 180° hacia exactamente un siglo atrás, con medidas que buscan asegurar la Educación Universitaria como si fueran asientos de primera clase, olvidando el concepto por completo por ejemplo de NIVELACIÓN en el pre, ya que no buscan educar a quienes tienen otras realidades económicas, a quienes trabajan, a quienes no vienen de escuelas técnicas.
Hoy defienden en sus asientos una Facultad totalmente exclusiva, expulsiva. Aplicando filtros para que ingrese el estudiante que ellos consideran digno de ocupar un lugar en la Universidad, no solo en el ingreso si no en todo el transcurso de la carrera. Delimitando quienes merecen acceder y continuar en la misma, según criterios que ellos dibujan, como la cantidad de años que unx puede demorar en la carrera, considerando que quienes no la hacen en tiempo y forma, “no se ponen las pilas”. Dejando de lado las infinitas realidades de cada persona/estudiante que pasa por la Universidad, olvidando que somos más que estudiantes, personas, la mayoria con trabajos informales.
Siempre demostrando poca predisposición desde la Facultad a aplicar las flexibilidades existentes para ESTUDIANTES QUE TRABAJAN, ya que no difunden las mismas ni se las proponen a lxs estudiantes que plantean problemas en su continuidad por trabajar. Así mismo, a la hora de solicitudes estudiantiles exigen comprobantes de trabajo en blanco desconociendo que en Mendoza el 43,6% de la población tiene trabajos no registrados